Si se hace el paseo de olla propuesto por Chávez, el fin del fin será otro día.

Sancocho, según el Drae: «Dícese de ‘alimento a medio cocer’; ‘revoltijo (conjunto de cosas sin orden)’; ‘resto de comida que se utiliza como alimento para los cerdos’; ‘comida mal preparada, insulsa, pobre en ingredientes’.»

Qué otra cosa pensar frente al abigarrado cuadro de tejemanejes, gatuperios y componendas en todo el espectro político nacional. Veamos algunas escenas: como a la oposición le interesa la ‘rere’ más que a nadie, para poder decir «se lo dije» (y porque tienen espuelas pero no gallo), el Presidente propone al enfant terrible de su gabinete como sucesor al trono para que no quede duda, pues no le alcanza pa’ la moña, de que si no es Uribe, ¿quién? Algunos se indigestan y advierten que tienen alka-seltzers servidos en universidades europeas. Mientras tanto, la Primera Dama les hace campaña -no sólo guiños- a fuerzas tan ‘uribistas’ como Ana María Convers. ¿Mensajes a Bolívar para que los entienda Santander?

Claro que eso es puro caldo, la carne está gorda y grasosa. Que Armando Benedetti es a la política colombiana lo que la Cicciolina es a la italiana, y que García Orjuela es la Roberta Close del paseo, o la tía Laisa. Nicolás Uribe denuncia que J. J. Rendón -una especie de Goebbels caribeño- lo amenaza con inventarle enredos con prostitutas para enlodar su imagen como si en este destape nacional eso pudiera manchar a alguien. Y en esa pelea de verduleras nadie explica qué hace en Colombia Rendón ni desde cuándo puede alguien andar por ahí diciendo que su jefe es un «güevón» (o se hace) y quedarse tan campante como la señora Convers. Ah, añádase que el «güevón» de marras no es sino el Vicepresidente de la República, ‘Pachito’ para los amigos. Y permítaseme una observación políticamente incorrecta: todo a raíz de una entidad innecesaria y ociosa como ‘Colombia Joven’.

De otro lado, la yuca está dura y amarga: decide Gustavo Petro dar un paso al costado como todo el país se lo venía rogando a él y a sus camaradas, abandonando esa ambigüedad de ser y/o parecer complaciente con la guerrilla, de ser y/o parecer (el PDA) su ala política como lo fuera la UP, pero le llueven rayos y centellas desde la atalaya del partido. Garzón y Navarro lo respaldan, le apuestan a la izquierda de Lula o de Lagos; pero Dussán, Borja, Robledo y Gaviria hasta lo tildan de «uribista». Vivir para ver… Eso parece una apuesta por la izquierda jurásica de ‘Tirofijo’ (y de Marx, Lenin, Mao, Stalin, etc.).

Eso de dejar una puerta abierta con las Farc para tener la posibilidad de unos diálogos de paz es cuando menos un error de apreciación, porque la izquierda nunca va a llegar al poder a menos que cierren esa puerta -como propone Petro- aun a riesgo de que los ‘amigos’ se enojen. ¿Será que a la ‘socialbacanería’ se le quemó el fusible y no entienden aquello de la ‘confianza’ que pregona el gurú Michael Porter?

A todas estas, ¡qué mar de ingenuidad nos baña a los colombianos! Ahora dicen que el informe forense sobre el crimen de los once diputados del Valle sólo deja dudas, que es decepcionante. Es que no hay peor ciego que el que no quiere ver algo tan claro, palmario y evidente como que los diputados fueron masacrados por la guerrilla. La cantidad de disparos recibidos demuestra que el único propósito era exterminarlos. Todos sabemos que de existir un atenuante, un combate con el Ejército, con mercenarios sionistas o con extraterrestres, habrían hecho el show al otro día.

Y como para asegurar la indigestión, viene el buenazo de Chávez dizque a pedir el despeje del Caguán para una función de circo con ‘Tirofijo’ y Sarkozy: ya se van viendo las siniestras intenciones. Las Farc no aguantan otros tres años de ostracismo y mano dura, y si se permite el paseo de olla que propone el vecino, el ‘fin del fin’ que proclama el general Padilla quedará para otro día. La mesa está servida, buen provecho.  ·

Publicado en el periódico El Tiempo, el 18 de septiembre de 2007 (http://www.eltiempo.com/).

Posted by Saúl Hernández

Deja un comentario