Sin conocer aún el desenlace del llamado ‘rescate humanitario’ de los tres rehenes que las Farc liberarían para congratularse con su mentor, Hugo Chávez Frías —escribo en la tarde del viernes 28, precisamente el ‘Día de Inocentes’—, puede apreciarse con toda nitidez que esto no es más que un circo que pretende, a corto, mediano y largo plazo, conseguir tres objetivos básicos: a) confirmar a Hugo Chávez como el egregio líder de la región y a su decrépito socialismo como la panacea de todos los males de Latinoamérica; b) levantar la presión militar que ahoga a la guerrilla de las Farc y oxigenarla para que recupere el terreno perdido en los últimos cinco años; y c) desprestigiar a Álvaro Uribe Vélez y sus políticas para darle alivio al ajado marxismo y hacer oscilar el péndulo —con la ayuda de la billetera chavista— hacia un mandato de izquierda en Colombia.

Miremos las evidencias. Nunca antes en este país, a pesar del largo historial de secuestros, entregas y rescates de verdad, se había requerido de una parafernalia como esta para recoger a tres personas: cinco aeronaves de un país vecino, cuyo gobierno, para colmo de males, no es amigo del colombiano ni lo ha sido, por más que lo aparentara; y cerca de una decena de delegados extranjeros -de países adeptos al petroimperio venezolano-, incluyendo a un ex presidente como Kirchner, quien le debe a Chávez muchos favores como el de financiar la campaña de Cristina con los dólares que le llevaba el ‘empresario’ Guido Antonini Wilson en unas maletas, todo en el marco de una cadena logística llena de complejidades.

El haber escogido a Villavicencio -en el centro del país, lejos de la frontera- no es nada casual. Fuentes cercanas a las Farc habían sugerido que los secuestrados estarían cerca de las fronteras con Venezuela y Brasil. Otros decían que los canjeables ya estarían en Venezuela y la senadora Córdoba, recientemente, aseguró que los operativos militares en la frontera estarían dificultando la movilización de los rehenes, a pesar de que el comunicado de las Farc fue originado el 9 de diciembre, ¡hace casi 20 días! Nunca antes en Colombia se habían tardado 20 días para llevar un secuestrado a un sitio de encuentro.

Si todo lo asegurado con anterioridad era cierto, hay muchas pistas en regiones fronterizas como Arauca, perfectamente habilitadas para operar aviones Falcon como los destinados para el operativo; de hecho, el aeropuerto de Santo Domingo, en Venezuela, de donde partieron hacia Colombia los tres aviones y dos helicópteros, lo único que tiene de ‘internacional’ es ese rimbombante título en un letrero. Chávez y las Farc escogieron a Villavicencio por una razón muy simple: al decir que los helicópteros partirían de ahí hacia un sitio desconocido obligan al Gobierno de Uribe a cesar operaciones militares y policiales en media Colombia; en los Llanos Orientales y en toda la Amazonía. Esto porque en esas inmensas regiones es imprescindible el componente aéreo para transportar tropas, para tareas de interdicción al narcotráfico y aspersión de cultivos y, particularmente, para ejecutar operativos contra las guerrillas y apoyar a las tropas en tierra. ¿Por cuánto tiempo operará esta ruptura de la seguridad nacional?

Las mentiras de Chávez saltan a la vista. El miércoles en la mañana, al presentar la ‘Operación Transparencia’ a los medios, dijo que si el Gobierno colombiano aceptaba rápidamente ellos ya estaban listos para ir por los rehenes y que el jueves mismo estarían libres, que ellos empezarían la operación bien temprano y que en la tarde todo habría concluido, «felizmente». Pues debió sorprenderse mucho cuando Uribe aceptó en cuestión de minutos. El jueves 27 se desperdició con la disculpa de estar esperando a los delegados, y el viernes también se perdió pues el viaje hacia Colombia se programó para las tres de la tarde, justo para decir que el viaje desde Villavicencio hasta el sitio no identificado no podría hacerse en la noche.

El Gobierno de Colombia concedió un permiso de 72 horas para el sobrevuelo de aeronaves extranjeras, desde las 7 de la noche del jueves 27 hasta las 7 de la noche del domingo 30. Rápidamente, Chávez salió a decir que no sabía nada de plazos y el delegado de Bolivia manifestó que había que concentrarse en el rescate y no en cumplir plazos. Bajo esta perspectiva, qué de raro tendría que el sábado 29 aborten la misión por supuestos problemas climáticos o técnicos, o porque avistaron una aeronave que podría poner en riesgo la seguridad de la misión… Y qué tal si el domingo arguyen lo mismo para forzar a Uribe a dar por concluido el permiso y poderlo culpar de nuevo por la situación de los secuestrados y procurar su desprestigio.

Cabe esperar, por el bien de estas personas, que a Chávez lo motive más su egolatría y pueda lograrse esta cicatera liberación de apenas tres rehenes y el reencuentro feliz de dos familias con sus parientes cautivos, pues el único fin de que las familias hayan ido a Caracas y que los rehenes sean conducidos allá contra toda lógica -pues lo normal sería llevarlos a sus casas en Bogotá-, es que el Presidente de Venezuela se lleve todo el crédito y los cabecillas de las Farc aparenten bondad, generosidad y altruismo, lo que haría repetir este triste show de liberaciones a cuentagotas en el 2008, en desmedro de la seguridad nacional.

Cuando veo a tanto inocente creer en los ‘buenos’ oficios de Chávez y la ‘buena’ voluntad de las Farc se me vienen a la mente las mismas palabras que afloraron en los labios del jefe de gobierno francés Edouard Daladier, cuando a su regreso de Múnich lo recibió una multitud delirante que creía que el pacto firmado con Hitler les evitaría la guerra. Daladier miró a la muchedumbre y masculló: «Qué idiotas».  ·

Publicado en el periódico El Mundo, el 30 de diciembre de 2007

Posted by Saúl Hernández

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