Hay algo que olvidó decir Al Gore en su documental ‘Una verdad incómoda’: que el 17% de las emisiones de gases de efecto invernadero son provocadas por el sector ganadero, sobre todo por la crianza de ganado vacuno. ¿Por qué? Porque su sistema digestivo poligástrico produce compuestos químicos nocivos para la atmósfera que luego son expelidos en eructos y flatulencias.
Parece un chiste pero no lo es. Contamina más una vaca en un año que una camioneta 4×4 en más de 100.000 kilómetros recorridos. Contamina más el ganado que todos los automotores del mundo. Pero eso no es todo, estamos ampliando peligrosamente la frontera agrícola en todo el planeta para sembrar forraje para alimentar ganado (sorgo, trigo, maíz, soja, pastos, etc.), con lo que se hace insostenible la producción de proteína animal. Y hay un agravante (o dos): la producción y la demanda de carne aumentan dramáticamente con el crecimiento de la población, y más aún con el incremento del poder adquisitivo en muchos países en desarrollo. Es paradójico pero el combatir la pobreza se está convirtiendo en un atentado contra el medio ambiente.
Vale la pena ver el documental, sin fanatismos. No es propaganda vegetariana pero sería muy útil que cada cual disminuya el consumo de carne.
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