El Icetex entró en la misma tónica que acabó con el sistema Upac.
Aristóteles decía (Política, libro segundo) que el problema central de las constituciones de los estados es el asunto de la propiedad. Pero, agregaba, que lo que debía nivelarse no eran las propiedades (comunismo) sino las pasiones, y que “tal igualdad sólo resulta de la educación establecida mediante buenas leyes”. Tal vez le faltó decir que la educación también permite igualar las propiedades, no por lo bajo como lo pretenden ciertas ideologías, y además sin recurrir a la ilegalidad. Es la manera más apropiada para que los individuos y las naciones superen la pobreza.
Pero educarse no es tarea sencilla, se requiere un complejo entramado para formar a un amplio conglomerado de individuos. Su organización es una de las tareas más difíciles para cualquier Estado. Y hasta podría decirse que una mala formación (deformación) es tan nefasta como no educar a la población. La única alternativa es hacerlo bien pero en Colombia hay señales preocupantes. El país tiene tres grandes retos en materia educativa: la calidad, la cobertura y las dificultades de financiación, que se manifiestan de maneras y grados distintos a lo largo del proceso educativo.
En cuanto a la falta de calidad los problemas son diversos. Los bachilleres normalistas y los licenciados de las facultades de Educación no poseen la mejor formación en las áreas del conocimiento y a menudo tampoco en el campo de la pedagogía. No es difícil explicar por qué Fecode se opone a las evaluaciones del magisterio, no son muchos los que aprobarían el examen. Los colegios privados de mayor costo suplen esta falencia contratando profesionales como profesores: ingenieros dan matemáticas; comunicadores dan español; historiadores dan ciencias sociales y así. Además la jornada escolar es corta y el calendario mínimo: menos de 150 días año frente a los más de 250 de los países avanzados.
En la educación superior abundan las universidades de garaje y en las buenas universidades escasean los profesores con doctorado.
En cuanto a la cobertura, en niveles básico y medio se ha mejorado ostensiblemente pero la formación técnica y universitaria sigue siendo el gran cuello de botella.
El problema más grave es la falta de recursos para acceder a la educación, así no sea de calidad. Incluso si la educación es gratuita, la pobreza abruma y es difícil juntar la plata para el transporte, los implementos de estudio, libros, fotocopias y demás. Muchos niños no rinden en el estudio por desnutrición, lo cual ha obligado a instalar comedores escolares sin los cuales los esfuerzos para ampliar la cobertura serían infructuosos.
La única alternativa de financiación de estudios superiores para las clases medias y bajas ha sido el Icetex, entidad que parece haber entrado en la misma tónica que acabó con el sistema Upac que por muchos años fue exitoso.
El periódico El Espectador (diciembre 10 de 2005) dio a conocer el caso de Luisa Mora, estudiante que pidió un crédito educativo en 1998 por un total de diez millones de pesos. En el 2005 pidió la refinanciación de la deuda por atraso en los pagos y terminará pagando más de 39 millones que sumados a los 12 que ya había cancelado, dan un total de 51 millones de pesos, cinco veces más de lo que le habían prestado. Las cuotas mensuales ascienden a 346 mil pesos y el plazo es de 96 meses. El salario promedio de un recién egresado apenas supera los 700 mil pesos.
Luisa invirtió cinco años en su carrera y ahora tendrá que dedicar por lo menos ocho años a pagar la deuda, sin muchas probabilidades de continuar el ciclo educativo como se pregona hoy: no es suficiente con el pregrado. Todo porque el Icetex quiere ampliar su cobertura de financiación para prestarle a más gente hasta que el sistema colapse como el Upac y porque su modalidad de financiación, con capitalización de intereses, es el mismo que si se estuviera comprando un televisor de plasma en vez de apostar por el futuro del país quemándose las pestañas.
Bueno, también es culpa de Aristóteles, quien en aquellos tiempos no sabía que era más rentable comprar un taxi.
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