A raíz del reciente ‘asesinato’ del hipopótamo de Pablo Escobar, algunos afirmaron falsamente que había escándalo a nivel mundial, que Colombia era vista por la comunidad internacional como un país de salvajes, enemigos del medio ambiente. Muchos quisieron sacarle réditos políticos al asunto con el cuento de que era un efecto del estilo Uribe: «arrasar con aquello que no nos gusta».

Sin embargo, ese asunto no puede ni medio compararse con la cacería de ballenas que hacen chinos y japoneses para consumir su preciada carne y mucho menos con la bestial masacre a que son sometidas cada año las ballenas piloto o  ‘calderones’ en las Islas Feroe de Dinamarca, país donde hay tanta gente ‘culta’ que le envía dinero a las Farc. Ellos se defienden de las críticas diciendo que es una tradición con mil años de antigüedad y que la carne de la ballena es un alimento gratuito que no tienen cómo sustituir. Aún así, hay quienes aseguran que la tradición tiene como único fin el que los muchachos se vuelvan hombres.

De una u otra forma, los que tanto han criticado el asunto del hipopótamo deberían ver estas fotos con detenimiento, y ojalá con el estómago vacío.

Posted by Saúl Hernández