Antaño solía decirse que ‘Dios no castiga ni con palo ni con rejo’. Eso mismo podría decirse en el caso de ‘Timochenko’, obligado a abandonar su candidatura presidencial por razones de salud; candidatura que nunca debió encabezar por tratarse de un terrorista irredento que no ha pagado por sus horribles delitos ni se ha arrepentido suficientemente de haberlos cometido. Un criminal con las manos manchadas de sangre que optaba por la presidencia de la Nación mientras muchos ladronzuelos van a dar a una cárcel por robarse un caldo de gallina.

Pero, en las filas de las Farc, eso no genera la menor preocupación. Ya hemos dicho que ‘Timo’ no tenía ni una mínima opción de triunfo, ni era ese su objetivo. Su función en la contienda electoral era la de ser una especie de Comodín que concentrara el odio y el desprecio de los colombianos para que así los verdaderos ases de las Farc pudieran crecer en intención de voto. Un espantajo que se convirtiera en foco de los insultos, los huevos y los tomatazos mientras gente como Petro, De la Calle, Fajardo y Claudia López se posicionaban como esa figura que pudiera encarnar un gobierno de transición, posando de demócratas.

Entre los mencionados, Gustavo Petro ha sido el de mayor proyección, pero su triunfo en primera vuelta es improbable, por lo que las tres fuerzas se unirán en la contienda final. Y las Farc están conformes porque Petro no se anda por las ramas y su proyecto electoral marcha viento en popa. Toda una sorpresa porque el exguerrillero no ha dudado en hacer propuestas fácilmente comparables con las realizaciones de su compadre, el comandante Chávez. Por ejemplo, no ha tenido empacho en asustar a muchos con la propuesta de forzar la venta tierras improductivas imponiendo impuestos confiscatorios a quienes su gobierno considere que poseen terrenos de engorde u ociosos, lo que, en la práctica, será igual que decir «¡exprópiese!». ¿Recuerdan?

Por esa vía de la inseguridad jurídica se llegará en un santiamén a una caída en la producción agropecuaria y, muy pronto, al desabastecimiento generalizado. Venezuela se pudo mantener mucho tiempo importándolo todo gracias a su renta petrolera, cuando el barril estaba a 100 dólares. Colombia, en cambio, no tiene mayores recursos para enfrentar una situación de esa naturaleza, nuestra vulnerabilidad es muchísimo mayor.

Además, hay que tener muy presente la promesa de Petro de convocar inmediatamente a una asamblea nacional constituyente. Es lo mismo que hizo Chávez al llegar al poder y con lo cual se atornilló en el mismo por cerca de tres lustros hasta su fallecimiento. Si Petro se impone podemos estar seguros de que jamás entregará la presidencia. Pero eso no es todo, la constituyente no es solo para atornillarse sino, peor aún, para transformar la estructura del Estado colombiano y convertirlo en uno de corte totalitario.

Quien crea que estas son exageraciones debería tomar atenta nota de la manera como Petro ha venido desarrollando su campaña. En Medellín hizo caso omiso de las normas para hacer manifestaciones y enfrentó al alcalde con expresiones retadoras. En Cúcuta quiso hacer lo mismo y aprovechó un par de pedradas que recibió su vehículo para victimizarse y hablar de un supuesto atentado en su contra. Hay que considerar también cómo se financia, pues a Medellín, por ejemplo, ha llegado con caravanas de buses con más de mil seguidores, acompañados de una supuesta ‘guardia indígena’ que no tiene ninguna jurisdicción por fuera de sus territorios ancestrales.

Muchos creen que la verdadera razón del retiro de ‘Timo’ gira en torno del oso que iban a hacer en las urnas alcanzando una famélica votación, pero todo indica que la idea es cerrar filas ya en torno de su verdadero candidato. Se les quemó Fajardo —y su gritona fórmula vicepresidencial—. No lograron revivir al zombie De la Calle arrimándole la momia de la otra López. Pero Petro sigue vivo, sostenido por las encuestas. Como esta columna se escribió en vísperas del 11 de marzo, no sé si Petro tuvo una votación nutrida en la consulta. Si no fue así, gritará que hubo fraude y se vendrán dos meses muy complicados porque el castrochavismo está obsesionado con tomarse a Colombia y su carta es Gustavo Petrochenko.

(Publicado en el periódico El Mundo, el 12 de marzo de 2018).

Posted by Saúl Hernández

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